ACTIVIDADES PARA HACER EN DUBÁI
SUBIR AL EDIFICIO MÁS ALTO DEL MUNDO
Dubái posee desde 2010 el edificio más alto del mundo, Burj Khalifa, que alcanzó los 828 metros. Nadie debe dejar de subir al nuevo mirador de la planta 148, el más alto del mundo, a 555 metros de altura, desde donde se domina todo el país. A sus pies se extiende el mosaico de la ría con la ciudad vieja, el gran puerto, el Downtown, las zonas residenciales y hoteleras en la costa, Jumeirah, Dubai Marina, el gigantesco puerto y el aeropuerto. Se ven las urbanizaciones que han crecido sobre el mar, The Palms, penínsulas artificiales con forma de palmera, y las 300 islas artificiales de World Island, que dibujan un mapamundi sobre el agua.
IR A LA MECA DE COMPRAS.
La experiencia urbana debe incluir el Dubai Mall, un exclusivo centro comercial a los pies de Burj Khalifa. En su interior acoge más de un millar de tiendas de marcas de lujo, con diseños que rivalizan con los escaparates de París o Nueva York. Muy cerca se encuentran Ski Dubái, la primera estación de esquí artificial en Oriente Medio, en el interior del Mall of the Emirates, otro descomunal complejo comercial y gastronómico de la ciudad.
PASEAR POR EL DUBAI MÁS FUTURISTA.
La gran avenida Sheikh Zayed es una autopista urbana que corre paralela a la costa enlazando las principales zonas urbanas de la ciudad. Es su avenida más importante, un bosque de altas torres de oficinas, produciendo sensaciones futuristas, que parecen surgidas de Blade Runner. En Marina Dubai se ha creado una Riviera en el golfo Pérsico, con hoteles de lujo asomados a sus playas y un gigantesco puerto deportivo rodeado de apartamentos, hoteles y restaurantes que concentran la animación nocturna. Siguiendo la costa hacia el norte aparece la silueta curva el mítico hotel Burj Al Arab que fue el primer hotel de siete estrellas del planeta, rodeado por las playas y mansiones privadas de la elegante zona de Jumeirah (donde visitar su mezquita la única de la ciudad abierta a no musulmanes).
EL VIEJO DUBAI, DONDE EMBRIAGARSE POR EL PERFUME ORIENTAL.
No todo es futuro en el emirato. Aún quedan trazas de la aldea de pescadores junto al Dubai Creek, la ría que sirve de puerto a los barcos de madera y una de las mejores zonas de la ciudad para pasear. Allí abundan los dhows (embarcaciones tradicionales de vela de origen árabe) y otras barcas menores, las abras, que cruzan a los peatones entre las dos orillas, donde los zocos y las mezquitas mantiene el perfume oriental del viejo Dubái. También es posible recorrer Dubai Creek en barco hay muchas empresas que organizan paseos a precios económicos.
En una de las orillas se encuentra Deira, el barrio viejo de calles angostas con mercados callejeros que huelen a canela y a incienso, zocos de perfumistas y joyeros y pequeños restaurantes de todas las etnias que trabajan en Dubái. En la otra orilla, en Bastakiya, han renacido las casas de barro beduinas anteriores a la riqueza del petróleo y las torres de viento capaces de generar aire fresco en los días más calurosos del verano.
UNA RUTA EN TODOTERRENO ENTRE DUNAS.
Una experiencia imprescindible es el safari en la Reserva Natural Protegida Al Maha, un mar de dunas espectacular que conserva 300 ejemplares del órice de Arabia, el raro antílope de largos cuernos rectos. En una zona restringida es posible correr en los todoterreno saltando a toda velocidad en las arenas al estilo de un rally de competición. Tras contemplar la bella puesta de sol sobre las dunas, hay que cenar bajo las estrellas disfrutando de una sabrosa comida tradicional. Empresas como Arabian Adventures organizan la visita a esta reserva.
VISITAR EL ZOCO A LA CAÍDA DE LA TARDE.
Cuando alcanza mayor animación. En su recinto se concentran tres centenares de joyerías con sus escaparates atestados de piezas de oro y de piedras preciosas. A las perlas que los pescadores sacaban del mar se han unido zafiros, esmeraldas y diamantes, que atraen a la clientela. En la joyería Kanz se exhibe la pieza que ganó el record Guiness del mayor anillo de oro del mundo, una pieza de un metro de diámetro y 60 centímetros de anchura, que pesa 64 kilos.
DEGUSTAR LA GASTRONOMÍA DE LOS MEJORES CHEFS.
La oferta de esta ciudad del lujo es incomparable, con chefs de élite llegados de todos los continentes a sus propios restaurantes o en los grandes hoteles. Entre tan amplia selección un imprescindible por su emplazamiento, en la planta 122 de Burj Khalifa, el restaurante At.Mosphere que ofrece gran cocina con los mejores productos del mundo. En Dubai Marina hay que degustar la cocina moderna de inspiración inglesa de Rhodes Mezzanine, que hace de la fusión un arte. En el hotel Atlantis el restaurante Ossiano es un buen lugar para degustar pescados y mariscos con vistas submarinas al tanque del acuario. Para los que echan de menos la cocina española una buena opción es Salero Tapas & Bodega en el hotel Kempinsky Mall od the Emirates donde disfrutar además de los mejores vinos de la tierra y noches temáticas con música flamenca.
Lo mejor del mundo.
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